Parece mentira. Hace solamente unos años todavía éramos considerados una rareza tan excepcional como un calamoncillo africano en Europa, como un lúgano en Norteamérica o un correlimos zarapitín en la América del Sur. Los paisanos se acercaban al verte con el telescopio y te preguntaban cuándo comenzaban a construir la carretera nueva en ese lugar. "No, disculpe, se trata de otro pantano...". Y sin embargo, hoy ya proliferan hasta señales de tráfico en la vieja Europa avisando del peligro de encontrarse concentraciones de ornitólogos, o más bien observadores de aves, en la calzada. ¡Cuidado con los personajes de los prismáticos y el telescopio, tan fascinados por los pájaros que no repararán en un camión ni un trolebús!
domingo, 14 de abril de 2013
¡Peligro! ¡Cuidado con los ornitólogos!
Parece mentira. Hace solamente unos años todavía éramos considerados una rareza tan excepcional como un calamoncillo africano en Europa, como un lúgano en Norteamérica o un correlimos zarapitín en la América del Sur. Los paisanos se acercaban al verte con el telescopio y te preguntaban cuándo comenzaban a construir la carretera nueva en ese lugar. "No, disculpe, se trata de otro pantano...". Y sin embargo, hoy ya proliferan hasta señales de tráfico en la vieja Europa avisando del peligro de encontrarse concentraciones de ornitólogos, o más bien observadores de aves, en la calzada. ¡Cuidado con los personajes de los prismáticos y el telescopio, tan fascinados por los pájaros que no repararán en un camión ni un trolebús!
Posted by
Víctor J. Hernández