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Foto: Ron Kirk. |
Ojo con el sitio donde colgamos las cajas-nido para aves (y también las cajas-refugio para murciélagos), que siempre hay quien, doméstico o silvestre, tiene mañas para conseguir acceder si no ponemos el máximo cuidado. Mi consejo para cajas situadas en árboles: colgarlas de una rama con una varilla o cadena de modo que la propia caja quede a buena distancia del tronco y de cualquier otra rama que permita un acceso directo. Para instalaciones en casas: lo mejor es fijarlas en paredes a buena altura, en lugar de apoyarlas sobre el borde superior de muros o en tejados, a no ser que haya seguridad de que el acceso al tejado está totalmente cerrado a gatos domésticos o predadores silvestres de los que visitan de vez en cuando las construcciones humanas. Con un poco de idea y sentido común evitaremos sustos a los inquilinos del nidal.