Entra la primavera, coqueta, verde y arrebatadora, por los ventanales amplios del balcón, inundándolo todo de alegría; llenando cada rincón de la casa de un revuelo mágico de trinos, colores y risas infantiles, y de un ensueño cálido de esperanzas ¿Al margen del mundo? No; el mundo de los humanos, codicioso, miserable, insignificante, al margen de la primavera...