Abrumado por todos los mensajes de felicitación recibidos por mi cumpleaños (20 de marzo), quiero transmitiros mi agradecimiento y, ya que no pudimos compartir la tarta, sí me gustaría invitaros a compartir una tradición personal muy especial: cada año desde hace ya muchos, para celebrarlo, el cuarto fin de semana de marzo dedico una de sus noches a la observación de las rapaces nocturnas (búhos, lechuzas, cárabos, etc.), que es uno de mis grupos faunísticos favoritos. Si te parece, podemos celebrar juntos este año la Noche de los Búhos, saliendo al campo, cada cual o en pequeños grupos, en el trocito del mundo donde vivamos o donde más nos apetezca encaminar nuestro paseo nocturno.
CÓMO DISFRUTAR DE LA NOCHE DE LOS BÚHOS:
Finalidad: salir al campo a disfrutar en primera persona de la observación y/o escucha de las rapaces nocturnas, y para recordar la belleza y diversidad de estas especies, su importante papel en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas y la necesidad de salvaguardarlas a ellas y sus hábitats.
Fechas: este año corresponde al 24-25 de marzo; cualquiera de las dos noches es válida, incluso la del viernes 23 al 24.
Lugar: cualquier rincón en el mundo: bosques, marismas, praderas, estepas, desiertos, roquedos, matorrales, campos, e, incluso, zonas urbanas y rurales humanizadas. Conviene alejarse de carreteras transitadas y de otras fuentes de ruido, para evitar interferencias en las escuchas.
Horario: hay más probabilidad de escuchar o ver a las rapaces nocturnas desde el momento de la puesta del sol y hasta unas dos horas después, pues aún resta algo de luz al principio y, gran parte de las especies, comienzan los marcajes vocales y visuales del territorio.
Cómo proceder: en solitario o en grupos reducidos, de no más de 6-8 personas, aguardaremos en el punto escogido desde poco antes de la puesta del sol, procurando mantener en todo momento silencio, y, si estamos al descubierto, intentando permanecer inmóviles, o mejor escondiéndonos tras la vegetación u otro parapeto. También podemos caminar tranquilamente y sin hacer ruido por una senda o camino que no sea transitado a esas horas. La prioridad es evitar causar molestias; las aves son lo primero y hemos de procurar no interferir en su actividad, por eso hay que descartar también el uso de reclamos o grabaciones para que contesten.
Divulgación: aprovechando la salida, quien más sepa de rapaces nocturnas del grupo podría contar un poco más sobre estas extraordinarias especies al resto de compañeros de la excursión (tampoco estaría mal organizar una charla, una proyección o una exposición previa, claro).
Captando las emociones: y para terminar, sería ideal que, bien en la libreta de campo, en una agenda, cuartilla o una servilleta de papel -lo mismo da- intentemos anotar, además de lo observado o escuchado, como típicamente hacemos los naturalistas, las emociones que esos momentos de observación hacen brotar en nosotros; intentando volcarlas sobre el papel nos sorprenderemos de cuánto somos capaces de percibir y del reflejo que la Naturaleza encuentra en nosotros. A cambio, os prometo que yo compartiré aquí mis anotaciones de esa noche.
¡Un saludo y muy feliz Noche de los Búhos 2012!
