Todo resoplidos y ruidillos al mascar caracoles durante su deambular nocturno, acabo de encontrarme, en la noche húmeda, con mi primer erizo europeo de la temporada. No han faltado estos meses fríos los patilargos morunos, que no hibernan, pero para que despertase el europeo teníamos que subir de los 10ºC nocturnos. Ya echaba yo de menos a este protagonista de tantas andanzas y desvelos de mi infancia...
