Convocan ya las tardes de septiembre al tumulto albinegro y sonoro de la avanzada -entre las aves- sociedad de las urracas. La interminable cháchara invita a ensoñar un intercambio de chismes y confesiones en la arboleda, traídos de cada rincón de la colectiva área de campeo...
Mece el viento las ramas.