Cruzando a pie un pantano africano, esta vez en los territorios del norte de Botswana, parezco comprobar si cruzo sobre un tronco caído o por el lomo blindado de uno de los muchos cocodrilos que salen a nuestro paso... En la orilla opuesta nos esperaba una gran manada de búfalos cafres -el animal más peligroso de África- que rodeamos a menos de cincuenta metros, ocultos por las altas hierbas y con cuidado de no toparnos de improviso con el clan de leones que descansa en algún sitio cercano tras abandonar los restos de la cebra de esta noche... Recuerdos de esta foto perdida, que ha tenido que esperar unos años a esta tarde de lluvia para que diese con ella.
