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Foto: Arnstein Ronning. |
Es curioso como, después de contemplar el espectáculo imponente de las grandes rapaces planeadoras ─la pareja de águilas reales combinando vuelos acrobáticos para animar al pollo remolón a abandonar por fin el territorio, los buitres leonados cayendo desde lo alto con un zumbido de trueno hasta el soleadero de la tarde, la perdicera audaz "peinando" buitres que se le acercan demasiado...─ la mirada se posa, como descansando, en las cosas pequeñas, en el pardo pajarillo que deambula capturando arañitas por los arbustos de la ribera, cuyas hojas, ya marchitas, brillan todas traspasadas de luz... Y, de pronto, esa vivencia cobra la fuerza de lo que de verdad permanecerá imborrable en la memoria...