Primeras fotos después de unos años sin fotografiar aves, desde que me robaron del coche el teleobjetivo largo en la puerta misma de la Estación Biológica de Doñana, estando yo midiendo especímenes de la colección de vertebrados. Desde entonces la cámara (que estaba conmigo y se salvó) la usé con un objetivo corto prácticamente sólo para paisaje y detalles cercanos, sumando poco después alguna pequeña compacta para macros y planos medios. Echaba de menos un objetivo largo para aves y otra fauna, pero tampoco era cuestión de optar por esos monstruos carísimos, pesados, inalcanzables para la mayoría -en la que me incluyo-, que ofrecen la mejor calidad. Al fin y al cabo tampoco soy un fotógrafo, tan solo empleo la fotografía ocasionalmente y de modo complementario, como un testimonio de las luces, colores y formas; de algunas especies, de ciertas conductas; como una herramienta, pues en realidad no colecto imágenes sino vivencias, emociones... que guardo escritas en los cuadernos o bien en la memoria.
Así que hace unos días me decidí a probar una novedad, una pequeña y económica cámara digital Power Shot con un objetivo óptico equivalente a un 24-1200 mm; la Canon SX 50 HS. Llegó hace dos días y la estrené ayer por la mañana, de vuelta de llevar al colegio a mi hija mayor, atravesando el parque y el paseo arbolado que lo separa de nuestra casa. La primera foto tomada es esa del colirrojo tizón que encabeza esta entrada. Con un 600 mm original con duplicador seguro que la calidad es mayor, pero yo estoy más que contento, para el uso que le doy, con estos resultados, y con ese todo en uno, desde el gran angular al tele largo, en una cámara ligera y cómoda de llevar, baratísima en comparación, y que además te da la opción de disparar en RAW y es perfectamente utilizable en imprenta.
¿Cómo funciona con aves en vuelo? Una prueba de hoy:
¡También las congela!
En fin, muy recomendable para un uso sobre la marcha, cuando los prismáticos o el telescopio son más importantes que la fotografía y no se puede cargar con tanto peso, para disfrutar de unos acercamientos increíbles hasta ahora en zoom óptico, desterrando aquellas fotos que eran sólo puntitos, para uso en blogs y redes sociales, para no perder un segundo ni siquiera montando el aparataje de digiscoping, para documentar rarezas, y encima con la posibilidad de grabar en vídeo, ideal para registrar comportamientos y voces, etc.
He aquí el artefacto, impensable hace tan sólo unos años: