(foto: Adrew Fogg) |
¿CUÁNDO?
(foto: Olivier) |
¿CÓMO CONSEGUIR LAS CAJAS-NIDO?
La primera cuestión puede ser si construirlas uno mismo o adquirirlas en un comercio especializado. Depende del tiempo de que dispongamos, de la cantidad de cajas que necesitemos, de nuestro presupuesto y de si tenemos mano para el bricolaje y sitio para ponernos a ello. También se le pueden encargar a un carpintero, aunque normalmente sale más barato adquirirlas ya hechas.
(foto: Raboe-Wikipedia) |
¿QUÉ MATERIALES ELEGIR?
Las cajas-nido clásicas se construyen con tablas de madera maciza de 1,4 a 2 cm de grosor. Nunca hay que usar tablas de contrachapado, pues incluso los tratados con sustancias hidrófugas acaban actuando como una esponja que recoge el agua de lluvia exponiendo a las puestas y polladas a la humedad, los hongos y otras infecciones, y terminan desfondándose y dejando caer su contenido. También se puede emplear el corcho natural para hacer las cajas-nido.
Caja-nido de cemento de madera (foto: 3268zauber) |
TIPOS DE CAJAS-NIDO
(foto: Andreas Vartdal) |
Aparte de esto se emplean cestas de mimbre de distinto diámetro para ofrecer un soporte de nidificación a rapaces diurnas y nocturnas forestales, así como para cigüeñas.
HÁGASELA USTED MISMO
Si te animas a hacer tus propias cajas, recuerda utilizar madera maciza de 1,4 a 2 cm de grosor. No se te ocurra limar las paredes, pues las irregularidades ayudan a las aves a encontrar apoyo. Y dale por fuera una mano de aceite de linaza o productos naturales similares para protegerla de la intemperie. También puedes forrar el techo con una chapa u otro material impermeable para ayudar a aislarla de la lluvia. Aquí tienes el plano de los dos tipos de cajas-nido más típicos para pequeñas aves. Como referencia, las medidas D en el plano 1 y 2 son 22 y 15 cm respectivamente; y las medidas B son 14 y 15 cm.
UNA OPCIÓN MÁS SENCILLA
En cambio, si te parece demasiado complejo ponerte a construir a partir de cero las cajas-nido pero no quieres perderte el potencial educativo de montar a mano la caja, que puede ser un ejercicio muy instructivo y dar pie a aprender más sobre las aves y la necesidad de conservarlas entre los niños de la familia, del vecindario o del colegio, también puedes adquirir una caja-nido preparada ya con las piezas cortadas, con los agujeros hechos para los clavos y con instrucciones para montarla fácilmente.
¿CÓMO INSTALARLAS?
El lugar más habitual para colocar las cajas-nido son los árboles. En este caso se desaconseja clavarlas al tronco, puesto que así se abren potenciales vías de entrada de humedades y hongos que pueden terminar perjudicando seriamente al árbol. Lo mejor es colgar las cajas de una rama, quedando totalmente suspendidas en el aire, o bien colgarlas de la base de una rama o alguna irregularidad del árbol quedando la parte trasera de la caja apoyada en el tronco para facilitar la estabilidad frente al viento. La forma corriente de colgar las cajas es con una varilla metálica con los extremos doblados en forma de gancho, unida a la caja por uno o más tornillos.
Se recomienda evitar enganchar la varilla del techo, pues éste puede acabar desclavándose, cayendo la caja con su contenido al suelo. Para ello se puede colocar un tornillo en cada lateral de la caja, justo debajo del techo; unir ambos tornillos con un alambre que pase por encima del techo y forme en lo alto un asa; y enganchar la varilla precisamente de dicha asa. También se puede fijar una caja-nido al tronco de un árbol sin necesidad de usar clavos: se emplean un par de alambres o cuerdas que se disponen a modo de "agarradera" rodeando la caja y el tronco, atándose en la parte posterior sobre el mismo tronco o sobre un palo colocado en paralelo al mismo tronco para evitar dañar la corteza con la atadura. En este caso hay que recordar aflojar y atar de nuevo las agarraderas cada año, para evitar que vayan estrangulando el tronco con el crecimiento de este.
Según las especies, las cajas se pueden instalar también sobre construcciones humanas. Bien clavadas en las paredes y muros exteriores, bien fijadas bajo los aleros (aviones, golondrinas y vencejos), colocadas en lo alto de muros y tejados (cernícalos y halcones), o bien en el interior de estancias abiertas (golondrinas y lechuzas).
(foto: David Eppstein) |
En general se recomienda no colocar las cajas a pleno sol, e intentar que el agujero o boca de entrada quede algo inclinado hacia abajo, para evitar la entrada directa del agua de lluvia. También hay que evitar colocar las cajas en lugares accesibles para los predadores, por estar demasiado bajas o situadas entre ramas o en un muro o tejado de fácil acceso para los gatos, ratas, ardillas u otros predadores terrestres.
OTRAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
(foto: Artur Mokolajewski) |
(foto: Olaf Mertens) |
Y se puede recurrir a otros ingenios para lograr el mismo efecto, como añadir un tubo o espiral de entrada.
OBSERVANDO LA NIDIFICACIÓN
(foto: fs-phil) |
Hoy día existen equipos de vídeo y webcams para poder observar con detalle lo que sucede en el interior del nidal. Incluso se venden cajas-nido ya equipadas. Es una opción muy interesante para observar sin molestar, y cada vez más económicamente accesible.
MANTENIMIENTO
Terminado el mes de septiembre, por respetar las últimas puestas de las especies que extienden hasta el otoño su periodo de cría, llega el momento del mantenimiento de las cajas-nido. Las descolgaremos, vaciaremos su contenido y las limpiaremos. Y también toca reparar cualquier rotura y dar una nueva mano de protector exterior en el caso de las cajas de madera. A continuación las volveremos a colgar, pues no es raro que ciertas especies de aves las utilicen durante el otoño y el invierno como dormideros. Si notamos que son utilizadas para este fin, convendrá limpiarlas de nuevo antes de la época de cría, a finales del invierno.
En fin, ya conoces lo básico para poder instalar una caja-nido para ayudar a las aves silvestres. Cualquier duda que te surja, ya sabes que puedes contar conmigo (info@victorjhernandez.com).
¡Ánimo y mucha suerte!