Hoy hemos hecho una nueva visita en busca de Isabelito, el alcaudón isabel que está estos días de visita en el Marjal de Almenara (Castellón), desde sus lejanas tierras natales de Mongolia y el oeste de China. Es una rareza excepcional en la península Ibérica, y ya que ha tenido la delicadeza de visitarnos, alojándose a tan sólo cinco kilómetros de mi casa, me he acercado a verle por segunda vez en compañía de mis amigos Javier Barona y Gabi Llorens. Allí nos hemos encontrado con Alejandro Brocal. Y con Lluís Bort, quien, junto con su hermano, fueron quienes descubrieron al ave hace exactamente una semana. Durante estos días han venido por aquí, a conocer a Isabelito, un sinfín de pajareros de media España, e incluso varios ingleses y al menos un francés. Esta misma mañana han pasado Xurxo, desde Galicia, y tres observadores más desde Burgos, Valencia y Valladolid.
Después de un buen rato de espera, de prospección detallada de cada rincón con prismáticos y telescopios y de animada charla llena de anécdotas sobre pájaros, recuerdos de vivencias conjuntas y puesta al día de cómo está aquella pareja de tal o cual ave, Gabi nos ha dado el grito de alerta: ¡Allí está! ¡En su árbol! Y, ante nuestra expectación, un puntito lejano... ¡Vamos para allá!
Isabelito tiene mucha paciencia. No le importunan los curiosos. Caza, se alimenta y canta delante de todos, haciendo las delicias de los visitantes. Se ve que viene de lugares donde la gente no persigue a los pájaros para comérselos, o de donde ni siquiera se ven humanos con facilidad. ¡A menudas tierras ha venido a parar! Nada menos que a orillas del Mediterráneo, paraíso de furtivos y tramperos de pajarillos con todo tipo de artimañas legales e ilegales. El imperio del "pajarito frito" como plato popular por muy ilegal que sea. Un punto negro en la ruta migratoria de las aves...
Pero, afortunadamente, estamos de celebración, pues Isabelito ha conseguido traer aquí, sumando las visitas de toda la semana, la mayor concentración de amigos de los pájaros que ha visto nunca este humedal. La esperanza de que tenemos cada vez más cerca, y poco a poco vamos a conseguir, el que los nuevos pajareros amigos de las aves terminemos superando en número, y ojalá que sustituyendo, a los perseguidores de pájaros para consumo y enjaulamiento, que tradicionalmente portaban la denominación "oficial" (la de la Real Academia de la Lengua) de pajareros. Por de pronto, ese término ya se lo estamos disputando.
De nuestras observaciones nos llama la atención la frecuencia con que los pequeños mosquiteros, presas potenciales del alcaudón (de hecho, le vieron alimentándose de uno) atosigan, dándole pasadas una y otra vez, al alcaudón. No muy lejos hay un alcaudón real, notablemente mayor y, como nos hace notar Javi, no recordamos ese hostigamiento de pajarillos hacia su especie.
La mañana da mucho de sí, logramos unas observaciones muy buenas del ave. Gabi consigue excelentes fotos, lo mismo Lluís con sus filmaciones. Y disfrutamos, además, con águilas calzadas, aguiluchos laguneros, pechiazules, moritos o cormoranes.
Viene un fin de semana que se prevé concurrido de visitantes. Después de difundirse la fidelidad de Isabelito a este rincón, y la facilidad para observarlo, muchos observadores de aves y pajareros (de los buenos) no se lo pensarán dos veces y emprenderán camino desde muy diversos puntos de todo el país. Todavía no hemos llegado al punto de fletar autobuses o aviones a propósito para ver un pájaro. Pero, ¿quién sabe? De momento vamos a seguir poniendo todo nuestro empeño en continuar difundiendo el placer y la emoción de la observación de aves y del contacto con la Naturaleza.
