¡Qué tiempos aquellos en que éramos sólo unos pocos quienes recorríamos los caminos de la Naturaleza tras los pájaros, prismáticos en mano, con la sola intención de verlos y aprender más sobre ellos! Muy pronto nos dimos cuenta de que, además, debíamos hacer algo también para asegurar su protección y la conservación de sus hábitats.
Que nuestro interés por las aves no fuera cinegético o "culinario" se topaba con la incomprensión de la sociedad de hace veinticinco, treinta, cuarenta años. Pero que, además tomásemos como razón y bandera a los pájaros para detener algunas de las mayores barbaridades proyectadas que, disfrazadas de un falso desarrollo -en realidad, enriquecimiento de los cuatro de siempre-, iban a llevarse por delante algunos de nuestros mejores paisajes, nos señalaba directamente como "románticos locos de atar".
Afortunadamente, y con el esfuerzo de muchos de estos locos, fuimos evolucionando hacia una sociedad más formada e informada, más sensible con la necesidad de conservar nuestro patrimonio natural y que ya no hace la vista gorda ante las barbaridades que siguen perpetrándose. Aún tenemos que lograr ser muchos más, conseguir ser un contrapeso inamovible para aquellos que consideran la Naturaleza solamente un recurso que exprimir económicamente a costa de destruirlo.
Pero vamos dando pasos de gigante. Hoy, los amigos de las aves ya somos bandada. Tanto miembros de asociaciones como por libre somos cada día más. Y una muestra la tenemos este fin de semana, durante el cual celebramos el Día Mundial de las Aves y que, por primera vez, cuenta con innumerables actividades organizadas en todas las provincias. ¿Te lo vas a perder?