viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Y si el águila moteada estaba aquí?


Hoy, el paseo por el humedal cercano, aunque sin necesitarlo, tenía un aliciente más. Tõnn, el águila moteada seguida con un emisor vía satélite que cada otoño migra desde Estonia hasta la zona húmeda de El Hondo, en el sur de Alicante, para pasar el invierno, dio ayer su última localización en una sierra próxima, y no es la primera vez que por este marjal pasa, o incluso reposa unos días, una moteada.
Creo que pocas rapaces me habré dejado por mirar esta mañana: los ratoneros rechonchos por la humedad del día de llovizna; las águilas calzadas que otean, posadas o con su vuelo de círculos estrechos, las querencias de los conejos o los grupos de patos; los aguiluchos laguneros, incansables en su deambular bajo de batido elástico; un precioso y blanco macho de aguilucho pálido; un águila pescadora pelando su carpa en un poste; los cernícalos, un peregrino, un esmerejón; incluso, Harry el forastero, ese busardo mixto o de Harris asilvestrado del que ya os conté su historia... Pero ni rastro de la moteada... Quizá hasta dentro de muy poco...

Foto: del proyecto de seguimiento de Tõnn.
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